De trabajar ni hablemos: Pit-Cnt se reunió con Yamandú Orsi y plantea reducción de jornada laboral; “máximo 40 horas semanales”

Sin tener una visión de país,  el mayor sindicato del trabajadores de Uruguay, plantea reducir la jornada laboral sin pérdida salarial y su presidente, Marcelo Abdala explicó que el planteo del Pit-Cnt busca que se establezca "un máximo de 40 horas semanales"

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Marcelo Abdala, presidente del PIT-CNT -Foto: ICN Diario

Ponerle el hombro al país, en momentos en que las empresas internacionales estudian irse de Uruguay, por las continúas presiones de los sindicatos de izquierda, parece no ser el fin del Pit-Cnt, cuyos dirigentes se reunieron este miércoles con el presidente electo Yamandú Orsi, para plantearle la reducción de la jornada laboral a  “40 horas semanales”.

Tras el reciente impacto de la salida del país de la empresa de autopartes japonesa, Yazaki, que manifestó en un comunicado el cese de actividades por razones atendibles, entre ellas la conflictividad sindical, con paros y detención de la cadena de fabricación, por temas ajenos a la compañia extranjera.

Según informa el País, luego de haberse instalado en 2007, Yazaki cerró las plantas debido a “los altos costos de producción de la operación en Uruguay, que afectan significativamente las posibilidades de la empresa de competir en los mercados globales, y las constantes paradas de producción dispuestas por el sindicato, que ponen en riesgo el cumplimiento de la entrega de productos a los clientes de Yazaki”, según expresa la organización en el comunicado.

Quedan sin trabajo 1.100 personas.

Tras esto, sin tener una visión de país,  el mayor sindicato del trabajadores, plantea reducir la jornada laboral sin pérdida salarial y su presidente, Marcelo Abdala explicó que el planteo del Pit-Cnt busca que se establezca “un máximo de 40 horas semanales”.

Agregó que la idea es ir hacia “una ley de carácter general” y que luego “por rama se pueda discutir la transición a ese régimen” de reducción de las horas de trabajo semanales pero sin pérdida del salario. O sea, trabajar menos y percibir lo mismo, que en realidad sería un aumento del salario.

Que traten de explicarlo a las empresas que han apostado a instalarse en Uruguay, muchas con enormes sacrificios, será una tarea difícil porque los deja sin alternativas y ni hablar de la Pymes nacionales que no podrán afrontar esta regulación que los llevará al cierre definitivo. Serán miles los damnificados; empresas y trabajadores.

Como dice el título de esta columna: “De trabajar ni hablemos” y de ponerle el hombro al país en momentos difíciles, tampoco.