Los juegos infantiles de Pedro Sánchez y de Albert Rivera deben cesar ante la multa que aplicará la Unión Europea de 6.100 millones de euros si no se presentan los Presupuestos a Bruselas el 15 de octubre, porque un gobierno en funciones no puede presentarlos.
Para evitar este desastre económico los dos políticos -Sánchez y Rivera- deben dejar de lado su ya insoportable soberbia y reconocer que la situación-generada por ambos- es insostenible y para nada sería.
El tiempo de jugar ha finalizado y si no quieren terminar incinerados políticamente en la hoguera de las vanidades, deben dejar sus actitudes infantiles y comportarse como la grave situación lo exige.
Sánchez dice no, no y no a la posibilidad de votar a favor o de abstenerse en la investidura de Rajoy, sin recordar la fragilidad de sus ideas como cuando hace poco tiempo atrás, aseguraba que jamas pactaría con fuerzas populistas y después de las elecciones de diciembre de 2015, corría desesperado detrás de Podemos para buscar un pacto que le permitiera ser investido como presidente, mientras la formación de Pablo Iglesias le humillaba de mil formas diferentes.
Asegura que quiere ser alternativa al PP, pero ha fracasado y con tan sólo 85 diputados no puede ser alternativa de nada.
Rivera ya ni sabe por donde anda. Cual veleta gira de opinión y ni él ya sabe lo que quiere. Es poco serio. Habla de la corrupción en el PP, pero se guarda de criticar la del PSOE, donde justo en estos días ha quedado para sentencia el Caso Marea en Asturias, el mayor hecho de corrupción del Principado, que involucra a los socialistas.
De no pactar, deberán explicarle a los españoles por que no lo hacen; salvo que entre Sánchez y Rivera se hagan cargo de pagar entre los dos de la multa de Bruselas de 6.100 millones de euros.
Si ellos pagan…que siga el juego lamentable de la soberbia.
R.C. Gómez