Ya de por si era difícil que el Mundial de Fútbol 2030, se realizara en Uruguay, Argentina y Paraguay, para conmemorar los 100 años de la disputa del primer torneo disputado en tierras uruguayas con una final electrizante donde el equipo oriental se impuso a la Argentina por 4 a 2. Las acciones deleznables de los “barrasbravas” argentinos en el partido final por la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, sepultaron las escasas posibilidades de que la FIFA otorgara esas sedes.
Marruecos, Portugal y España, son los otros candidatos a quedarse con la organización del torneo mundial.
Uruguay, también tiene sus problemas y la más latente es la de lograr ajustar sus estatutos a las exigencias de la FIFA que amenaza desafiliar a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), si no cumple con la reglamentación.
Sin gobierno, el fútbol uruguayo fue intervenido por la FIFA que nombró un comité de regularización para la AUF, luego que la Conmebol le informara sobre los problemas, considerando que el proceso de elección del presidente no cumplía con los requisitos de transparencia.
Así las cosas, pensar que la FIFA mire hacía el Río de la Plata para el 2030, parece no tener sentido.
