Que el presidente sin mando de la Argentina, Alberto Fernández, es un cero a la izquierda al que nadie dentro del peronismo y el kirchnerismo le demuestra respeto, no es ninguna novedad, pero también, en sus últimos tramos de su desgobierno, él tampoco hace nada para salir de ese mundo de fantasías en el que vive.
Al referirse este miércoles al escándalo de corrupción de su compañero kirchnerista Martín Insaurralde, el presidente Fernández manifestó: “La actitud salpica y lastima a un montón de gente honesta y correcta que no tiene nada que ver. Que no piensa en yates, en el Mediterráneo, que no piensa en esas cosas y que viven una vida austera”, explicó.
Destacó la actitud del gobernador bonaerense Axel Kicillof y la de su ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa, por pedirle a Insaurralde la renuncia a la jefatura de Gabinete de ministros y en el colmo del delirio, agregó: “No merecemos ser criticados por eso”, sentenció.
La pregunta: ¿Entonces, por qué causa deben ser criticados?
Tal vez Fernández no recuerde el robo de vacunas contra el covid 19 que él permitió con su silencio, donde los amigos del gobierno se vacunaron antes que la población de riesgo y el presidente en forma imperdonable dijo públicamente que “no es delito que alguien se adelante en la fila para vacunarse”, justificando el accionar impropio del gobierno.
¿La impericia para manejar la crisis económica? ¿La inflación demoledora que no saben como contenerla?…
Sería necesario que de una vez por todas se asumiera la responsabilidad por los más de 18 millones de argentinos, que según datos oficiales, viven bajo la línea de pobreza y los casi cinco millones de indigentes que siguen en aumento.
Sumiso ante Cristina Kirchner
Servil y genuflexo, no asume el desprecio que hoy tiene por él la vicepresidente y en el colmo de la obsecuencia, firma el decreto para restituir en el cargo a la exjueza ultrakirchnerista Ana María Figueroa, que al cumplir 75 años está inhibida constitucionalmente de seguir en la judicatura.
Figueroa, es el último recurso que tiene la vicemandataria para intentar salvarse ella y su hijo de la causa judicial de corrupción, Los Sauces – Hotesur.