Según cuenta el historiador brasileño Paulo Cesar Possamai, en su trabajo “Una mirada a la Colonia del Sacramento”, basado en el relato del jesuita Florián Paucke sobre la fortaleza portuguesa en el Río de la Plata (1748), explica que “La Colonia del Sacramento fue fundada en 1680 por los portugueses en la orilla norte del Río de la Plata, obedeciendo a intereses económicos y expansionistas de la Corona lusitana. Desde entonces, Sacramento fue el principal foco de tensión entre portugueses y españoles en la América meridional hasta la firma del Tratado de Santo Ildefonso (1777), por el cual fue cedida definitivamente a la Corona española. Hasta ese momento la Plaza de guerra había sido tomada cuatro veces por los ejércitos españoles y tres veces devuelta a los portugueses por medio de sucesivos tratados de paz”.
En la actualidad, España y Portugal son aliados y ambos gobiernos – casualmente socialistas – trabajan en conjunto para seguir en lo mismo, presionar a los territorios americanos y quedarse con lo que estos generaron.
Al presidente español en funciones, Pedro Sánchez, que con tal de mantenerse en el poder, es capaz de pactar con los enemigos de España como los separatistas catalanes de ERC y Junts, e incluso con el fugado Puigdemont y los proetarras de Bildu, le encanta seguir con el saqueo a las antiguas colonias españolas en el Río de la Plata y en complicidad con el gobierno luso, presionar a la FIFA para quedarse con el Mundial 2030.
Históricamente, ni España ni Portugal han sido referentes del fútbol mundial comparado con los grandes logros de Uruguay y Argentina. Los charrúas obtuvieron dos campeonatos del Mundo (1930 y 1950) y los torneos olímpicos de fútbol de 1924 y 1928, que la FIFA reconoce como Mundiales, al no existir en esos años la Federación Internacional de Fútbol Asociación.
Argentina, por su parte, ha obtenido tres Mundiales, 1978, 1986 y 2022 y España solo consiguió un único título, en 2010. Portugal cero.
Aun así, sabiendo que en 2030, se conmemoran los 100 años del primer Mundial de 1930 disputado en Uruguay, el sibilino Sánchez en complicidad con el primer ministro luso, António Costa y con Marruecos, un país sin historia en el balompié internacional, se unieron para “obtener” el torneo bajo la presión económica, no por sus valores deportivos.
Es una gran noticia y un gran orgullo la designación de España, Portugal y Marruecos para organizar el Mundial 2030.
Demostraremos la fuerza del fútbol de nuestro país como campeones y campeonas mundiales, y defenderemos los valores de igualdad, solidaridad y competencia sana… pic.twitter.com/bpnH84MRKG
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) October 4, 2023
Los propios españoles se manifiestan en las redes sociales sobre el socio de España, para el Mundial 2030.
En definitiva, otra vez el dominio luso – español en estas costas del Plata, ahora unidos, pero siempre en planes de conquista con el virrey Infantino al frente, nombrado por España y Portugal.
